La Pascua, es una de las celebraciones Judeo-Cristianas de mayor relevancia ya que para los Católicos representa la alegría de Jesús resucitado; pero en cambio para los Judíos, esta celebración se remonta a la historia del éxodo de los Israelitas del antiguo Egipto, es decir, 1513 años antes de Cristo.

En el libro del Éxodo 12, 1-14, se encuentra la instrucción precisa de Yahveh para el pueblo de Israel de lo que tienen que hacer para poder salvarse de la plaga; que estaba por acontecer en el país de Egipto, así como el mandato de preservar esta celebración en su honor.

Esto consistió en el paso de Yahveh por aquel país  dando muerte a los primogénitos de Egipto; pasando por alto las casas de los Judíos que estaban teñidas en los marcos de sus puertas con la sangre de un cordero sin mancha.

Es de ahí que la etimología de la palabra “pascua” proviene del hebreo Pésaj y que hace referencia a la acción de festejar un paso o tránsito; para los Judíos el paso de la esclavitud a la libertad y para los Cristianos del salto de la muerte a la vida.

En la tradición de la Iglesia Católica, la Pascua está formada por el Triduo Pascual que consiste en el Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo hasta la madrugada; cuando se realiza la vigilia pascual en vísperas del Domingo de Pascua, para celebrar la resurrección de Jesucristo.

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En ese sentido, Creer en la resurrección es creer que la muerte no es el fin; esto es, que la Pascua manifiesta la compasión de Dios y que la resurrección de Jesús es lo fundamental de la fe Católica ya que Jesús vence al pecado y a la muerte por todo el mundo.

En la proliferación de la fe Cristiana por el mundo, se pueden observar algunas manifestaciones culturales que se fueron añadiendo y que acompañan a la celebración a través de tradiciones como lo es el caso de los “Huevos de Pascua”.

La tradición de regalar huevos el Domingo de Pascua es muy antigua y común en países anglosajones como los de Europa Central, Inglaterra y Estados Unidos. Debido a que en el periodo de Cuaresma el ayuno y la abstinencia no permitía a los Cristianos comer carne huevos o lácteos.

Los fieles se reunían ante las iglesias a regalar huevos decorados con colores y motivos festivos y se levantaba la abstinencia con motivo de la resurrección de Jesucristo.

¿y el Conejo de Pascua?

Otro símbolo de esta tradición es la del Conejo de Pascua. Esta dice que “cuando metieron a Jesús al sepulcro, dentro se encontraba un conejo escondido. Así estuvo mucho tiempo viéndolo hasta que Jesús se levantó, doblo las sabanas donde lo envolvieron, Un ángel quitó la piedra y Jesús salió de la cueva. Es decir, fue el primer testigo de la resurrección de Jesucristo el hijo de Dios. Al no poder comunicarse con los humanos se le ocurrió llevar un huevo pintado para anunciar el mensaje de vida y alegría”

Es así que cuenta la leyenda que todos los Domingos de Pascua sale a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo de que Jesús resucitó.