La falta de turismo con poder adquisitivo en el puerto ha ocasionado que aunque las playas estén repletas de turistas, la derrama económica sea mínima para los prestadores de servicios turísticos.
En entrevista, el encargado del restaurante Deerling David Nájera, expresó que en plena temporada las ventas estuvieron bajas esto principalmente a que el turismo que llegó fue de “supermercados”.