De entre los años de 2005 y 2010, Acapulco se convierte en la ciudad más peligrosa de Latinoamérica, debido a la Guerra contra el narcotráfico liderada por el gobierno de la República. En el año 2011 como parte de las estrategias del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, se implementan estrategias para la reconstrucción del tejido social a través de la cultura.
En el afán de crear un nuevo centro cultural en Acapulco se adquiere La Casa de los Vientos en 2012, en una inversión tripartita por parte del Gobierno Federal, Estatal y la Fundación Carlos Slim por un costo de tres millones de dólares americanos.
Actualmente Acapulco sigue siendo un bastión para los múltiples grupos criminales que se disputan la zona comercial de tráfico de drogas y siendo víctima de la narcoviolencia, sigue necesitando infraestructura cultural y políticas culturales que ayuden a contrarrestarla.
La Casa de los Vientos se construyó en el contexto particular de la homogenización cultural y el etnocentrismo de la construcción de la cultura nacional que fue denunciada en la década de los 70s. Este carácter excluyente de la nación1, excluía a las cultura indígenas, la culturas populares y regionales.
La compra y patrimonialización de La Casa de los Vientos responde a una demanda social de memoria2 que conduce al esfuerzo titánico de inventariar, conservar y valorizar bienes muebles e inmuebles y expresiones culturales estrechamente ligadas al pasado y que son generadoras de identidad colectiva, en este caso, mediante la apertura al público de exhibición de los valores históricos de La Casa de los Vientos, relacionados a figuras importantes de la llamada cultura nacional tales como Diego Rivera, Frida Kahlo y Dolores Olmedo.
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Estos proceso de globalización no solamente beneficiaron la mercantilización de este patrimonio, sino contribuyeron a sacar del mercado un bien inmueble que pudo ser adquirido por alguna empresa que pudo haber comprometido la integridad de la obra de Rivera o inclusive privatizarla, que de muchas maneras parece ser contradictorio a los principios comunistas del maestro muralista.
En este caso a la Casa de los Vientos los procesos de globalización afectaron de manera positiva, su compra por parte de los actores sociales responsables permitieron su oficialización como patrimonio cultural de los guerrerenses y así pertenecer al inventario de patrimonio cultural del estado de Guerrero.
Según Bonfil, la cultura propia es resultado de la capacidad para decidir la forma autónoma de usar los recursos de una tradición cultural y su libre incorporación a ella de nuevos recursos que se originan de otras tradiciones: cultura propia y apropiada3.
Este es el tenor de lo realizado en torno a la Casa de los Vientos, que si bien los actores sociales responsables de su funcionamiento no han podido consolidar su correcto funcionamiento, lograron introducir a través de un significación “oficial” este recurso cultural, que conjuga diversos referentes de la multiculturalidad, a la identidad del guerrerense y del acapulqueño y apropiarse del significado de alguien que podría considerarse ajeno al estado de Guerrero, como Diego Rivera, el cual no era ni guerrerense ni pasó la mayor parte de su vida en Guerrero, ni su obra realizada en Acapulco es la más notable o reconocida.
¿Quién maneja La Casa de los Vientos?
Después de encontrarse en el abandono total, recientemente, se llevó a cabo una sesión del Comité Centro Cultural “Casa de los Vientos”, integrado por la Gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado Pineda; la Secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López, el enlace de la Secretaría de Cultura en Guerrero, Arturo Martínez Núñez; la titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos, Eréndira Cruz Villegas, entre otros. Donde anunciaron una inversión de 1.8 millones de pesos en la primera etapa de intervención y se espera una segunda etapa donde se invertirá en las instalaciones hidráulicas, sanitarias y eléctricas, así como áreas verdes.
Las intervenciones a la casa no son recientes, pues en 2014 como parte de una serie de actividades para revitalizar el centro cultural se hicieron adaptaciones para darle un propósito museológico.
Dentro de las adaptaciones en la casa, la más importante es la del estudio de Diego Rivera en una galería de exposiciones temporales, la galería albergó en un principio la Colección de máscaras de la mecenas y coleccionista acapulqueña Blanca Villalba, posteriormente en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes y su coordinación nacional de Literatura se llevaron a cabo una serie de exposiciones en torno a escritores de prestigio nacionales, tales como Francisco Tario, Octavio Paz, Carlos Fuentes, entre otros, además de la presentación de los Indicadores para la Cultura del Estado de Guerrero de la UNESCO, entre otras actividades.
Una de las propuestas a la hora de presentar el Centro Cultural Casa de los Vientos fue la constitución de una asociación civil en la que tomaría parte el Gobierno del Estado de Guerrero, el Gobierno Federal y la Fundación Carlos Slim, a la fecha la asociación no has sido registrada.
De las partes que aportaron para la compra del inmueble, la fundación Carlos Slim, hizo un plan de medios en el que medios internacionales y nacionales reportaron la existencia de la casa y su nuevo propósito. A casi 10 años de su inauguración la casa persiste cerrada, sin acceso al público en general, ninguna actividad se ha llevado a cabo desde 2015.
Dentro de la obra exhibida en La Casa de los Vientos se han podido ver diversas manifestaciones culturales, en el caso de la colección de máscaras de Blanca Villalba, se puede ver en su constitución el trabajo de diversas partes del mundo, desde máscaras africanas, asiáticas y de culturas indígenas como la huichol. En contexto más, moderno se pudo conocer a fondo la forma de vida de artistas que fueron grandes de referentes de la literatura nacional, como los que se han mencionado anteriormente. El mismo trabajo de Diego Rivera, en torno a los veinticinco atardeceres que pintó de la bahía de Acapulco, así como la cercanía y vista de La Casa de los Vientos con La Quebrada y su respectivo espectáculo los hace establecer un lazo intercultural único que fortalece la identidad del acapulqueño.
La Casa de los Vientos en el tiempo
La Casa de los Vientos es una casa construida en el año 1943 que posteriormente fue adquirida en el año 1948 por Dolores Olmedo, mexicana, mecenas y empresaria exitosa. Está ubicada en la antes llamada calle Inalámbrica, ahora Diego Rivera, en el cerro de La Pinzona, ubicado en la zona tradicional del puerto de Acapulco.
En el año de 1955 Diego Rivera, amigo de Olmedo, regresa de la entonces Unión Soviética tras recuperarse de cáncer de pene, y acepta la invitación de Dolores a recuperarse en su casa de Acapulco.
En 1956, Diego Rivera comienza la realización de dos murales en la fachada de la casa. Estás esculpto-pinturas miden 100 metros cuadrados y están divididos por la reja de la entrada. El de la izquierda mide 12.70 metros de largo y el de la derecha 20 metros de largo, entre estos dos unas un inscripción de 2.35 metros que mencionan la palabra Tlalokan, en color azul, en forma vertical y a lo lados Lola Olmedo, Diego Rivera y los número romanos LVI. También se puede ver al a derecha de la fachada el nombre de Tlaloc acompañado de la Coatlicue (que representa a Lola) y un Sapo (que representa a Diego, a manera de alto relieve en la paredes que dala bienvenida a la casa.
Más tarde ese mismo año se construye un estudio para el maestro Rivera, en el cuál hay en su techo un mosaico de piedras de colores que miden 6.48 metro por 10.20 metros una carta a Lola Olmedo con representaciones de la paloma de la paz, la hoz y el martillo los cuales representan a la U.R.S.S. como la tierra de la paz, así mismo, se encuentran las representaciones de un avión, peces, de nuevo el sapo y un corazón que representan a doña Lola, con cuatro estrellas que representan a sus hijos.
La propiedad actualmente mide tres mil metros cuadrados, pero fue en 1955 y 1957 que se efectuó la compra de terrenos colindantes para su expansión, para que Diego pudiese hacer los murales con las dimensiones que originalmente había planeado.
Después de una estancia de apenas seis meses, Diego Rivera muere en la Ciudad de México, en su casa estudio, que actualmente se conoce como Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. Durante esta estancia Diego, pintó veinticinco atardeceres en lienzos de 30×40 centímetros pintados al óleo, de estos, veinte se pueden ver exhibidos en el Museo Dolores Olmedo, uno en el Museo Soumaya y cuatro se encuentran en colecciones privadas.
Para el año de 1960 había sido visitado por múltiples celebridades nacionales e internacionales tales como Helen Hayes, Carlos Pellicer, Juan Soriano, Miguel Alemán Valdés, Adolfo López Mateos, entre muchos otros.
El 17 de octubre de 2012, se dio a conocer que el inmueble sería adquirido en conjunto entre el Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de Guerrero y la Fundación Carlos Slim, por un valor de tres millones de dólares. Al año siguiente se hicieron adaptaciones arquitectónicas para transformar el estudio en una galería, la que más tarde albergo la colección de máscaras de la coleccionista y mecenas acapulqueña Blanca Villalba. La casa fue inaugurada como Centro Cultural La Casa de los Vientos, y tuvo diversas actividades hasta el año 2015.
En octubre de 2020 la secretaria de cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero anunció una inversión de 1.8 millones de pesos del Programa Nacional de Reconstrucción 2020 para el sector cultural para su restauración y reactivación.
En febrero de 2011 el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) realizó acciones preventivas, de cuidado y limpieza de los murales exteriores.
El 18 de agosto de 2023 entra en sesión del Comité Centro Cultural “Casa de los Vientos” para anunciar avances y próxima intervenciones en el Centro Cultural.
Actualmente el centro cultural permanece cerrado al público y sin actividades, pero en trabajos de restauración y activación.
- Pérez, M. (s.f.) Patrimonio, diversidad cultural y políticas públicas:Preguntas frecuentes. de Revista Diario de Campo. México: INAH ↩︎
- Giménez, G. (2007). Estudios sobre la cultura y las identidades sociales. México: Conaculta. ↩︎
- Bonfil, G.(1995). Etnodesarrollo: sus premisas jurídicas, políticas y de organización. En Obras escogidas de Guillermo Bonfil Batalla (Tomo 2 8pp. 467-480). ↩︎