Atoyac de Álvarez, Gro.- El pasado martes 11 de abril, la comunidad de Xaltianguis en Acapulco vivió un violento ataque armado que dejó como saldo tres personas muertas, incluyendo una adolescente de 15 años. Desde entonces, las familias de las víctimas han sido amenazadas y se han visto obligadas a huir de sus hogares en busca de seguridad.
El jueves, 14 integrantes de las familias afectadas llegaron al municipio de Atoyac de Álvarez, en la región de la Costa Grande de Guerrero, buscando refugio y protección. Actualmente, se encuentran durmiendo en una cancha deportiva, con vigilancia de autoridades de la Policía Estatal, y solo han recibido como ayuda unos tacos para cenar.
La mayoría de los desplazados se trata de mujeres y niños, quienes se han convertido en víctimas de la violencia en el estado de Guerrero. Según relatos de los afectados, los afectados provienen de la comunidad serrana llamada Las Ventanas, ubicada en el municipio de San Miguel Totolapan, en la región de la Tierra Caliente.
Las familias huyeron de Xaltianguis después de que recibieran amenazas de muerte por parte de los responsables del ataque armado en el que murieron Antonio Trujillo, Victor Trujillo Ríos y la adolescente Ashly. La Fiscalía General del Estado ya investiga el triple crimen cometido por civiles armados en la zona rural de Acapulco.
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Los desplazados se encuentran en una situación precaria, sin acceso a servicios básicos ni atención médica adecuada. La incertidumbre sobre su futuro y su seguridad es cada vez mayor, ya que no han recibido una respuesta contundente por parte de las autoridades.
El sábado por la mañana, el delegado regional de Gobernación, Fredy Fuentes Nájera, llegó para ofrecer apoyo del gobierno del estado. Sin embargo, los desplazados denuncian que solo les han ofrecido ayuda limitada, y que no han recibido información sobre cómo y cuándo podrán regresar a sus hogares.
Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que el gobierno de Guerrero no ha tomado medidas efectivas para proteger a la población civil de la violencia y la inseguridad en la entidad. La falta de respuesta y de apoyo a los desplazados es una muestra más de la indiferencia y la falta de compromiso de las autoridades en la protección de los derechos humanos de los ciudadanos.
La situación de los desplazados de Xaltianguis se trata de un ejemplo de la grave crisis humanitaria que se vive en México, donde miles de personas se ven forzadas a salir de sus hogares cada año debido a la violencia y la inseguridad. Es responsabilidad del Estado garantizar el derecho a la seguridad y protección de todos los ciudadanos, sin excepción.