Acapulco de Juárez, Gro.- En un sorprendente relato que ha dejado a la comunidad acapulqueña en vilo, la usuaria de TikTok, Liz Oropeza, compartió su impactante encuentro con lo que describe como una criatura de proporciones colosales en las calles de Acapulco. Este evento extraordinario tuvo lugar hace algunos meses atrás, mientras Liz disfrutaba de la tranquilidad de su terraza en una colonia del anfiteatro de Acapulco.
El testimonio de Oropeza cobra relevancia, ya que afirma haber testificado a un ser cuya estatura superaba los 10 metros, con brazos inusualmente largos y una apariencia que remitía a la figura de un Nefilim. Para aquellos menos familiarizados con el término, los Nefilim son entidades que aparecen en mitologías y creencias de diversas culturas y religiones, en especial, se relacionan comúnmente con la Biblia y se mencionan en el Antiguo Testamento, específicamente en el libro de Génesis. La ambigüedad que rodea la interpretación de “Nefilim,” variando desde “los caídos” hasta “los que hacen caer,” solo añade más misterio a esta experiencia.
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El suceso se desarrolló en las inmediaciones de la colonia Chinameca, donde la protagonista, desde la comodidad de la terraza de su departamento, pudo presenciar a la criatura gigante transitando por la vía alterna que conecta la Costera Vieja con la avenida Farallón. El ser enigmático caminó lentamente por la calle Plan de Ayala en dirección hacia la Costera, antes de desvanecerse, como si hubiera cruzado las fronteras de dimensiones desconocidas.
Este avistamiento ha desencadenado un alboroto en la comunidad de entusiastas de lo paranormal y los ufólogos, así como a todos los curiosos que gustan de los relatos de misterio y terror. La búsqueda de una explicación racional ha sido en vano, y las teorías especulativas varían desde visitantes extraterrestres hasta fenómenos interdimensionales. Hasta la fecha, no se ha presentado una explicación convincente, dejando a todos intrigados por este inusual y misterioso suceso en las calles de Acapulco.
El relato de Liz Oropeza permanece como una incógnita sin resolver, un recordatorio de que, a pesar de nuestros avances en la ciencia y la tecnología, el mundo todavía alberga misterios que desafían nuestra comprensión y nos incitan a explorar las fronteras de lo desconocido.